“Bi-polar” es una obra de danza contemporánea, en la que dos cuerpos entrelazados forman una “unidad contradictoria”. En una supuesta no identidad, tienen rostros cubiertos por una tela negra que une sus cabezas, tensionando a través del movimiento la relación consigo mismo y con otro, cuestionando un nosotros incierto o azaroso que, sin embargo, es indisoluble, donde dominador y dominado son un mismo mecanismo. 

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En el desarrollo de 3 momentos narrativo-plásticos, la obra transita un viaje de imágenes sugerentes, emotivas y por momentos perturbadoras, que invitan al espectador a ser parte de una experiencia removedora. 

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A través de transparencias, se ocultan y se distorsionan, sumidos en un anonimato en el que no se es nadie y se es todos a la vez. La capacidad de clasificación e identificación es negada como acto consciente, el que deviene simbólico frente a la visibilidad y masificación social del cuerpo en esta “cultura de la imagen”, en la lógica del “aparecer para ser”, exponiendo así, cuestiones humanas que van más allá de la identidad individual, para evidenciar el lazo que nos une. Bi-Polar vendría a ser una metáfora del estado en el que se encuentra el hombre contemporáneo. Es una obra que devela, detrás de la oscuridad, el anhelo de comunión y transformación.